Este síndrome, es la consecuencia más grave del
estrés laboral, llegado a este punto, el estrés ya es crónico. El primero en
mencionar este síndrome, fue H.B. Bradley en 1969, que lo describió como un
tipo de estrés que consume la energía de los trabajadores.
El síndrome de
burnout se produce cuando las condiciones que causan tensión al trabajador son
prolongadas por mucho tiempo y no son atendidas.
Jerry Edelwich y Archie Brodsky (1980),
propusieron las cuatro fases antes de adquirir el síndrome:
- Entusiasmo: el trabajador se muestra ilusionado por el trabajo, gasta mucha energía y no se protege de la desilusión.
- Estancamiento: sucede cuando el trabajador observa que no cumplen sus expectativas.
- Frustración: al acumularse los fallos laborales, el trabajador experimenta constantes fracasos que lo vuelven inactivo.
- Apatía: como consecuencia de las constantes frustraciones se da una ausencia de sentimiento positivos.
La mayoría de las personas que lo padecen son empleados que son poco eficaces, tienen niveles altos de neurotismo, excesivo idealismo, respecto a lo que pueden hacer y a lo que les ofrecerá el trabajo, auto-exigencia, sensibilidad emocional y adicción al trabajo.
El desgaste depende de la personalidad de
la persona, pero existen tres características comunes.
- Deterioro del compromiso con el trabajo.
- Desgaste de las emociones.
- Desajuste entre la persona y el trabajo.
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